LA CASA DE MI TITA CONSOLI

  

 

Y en esta casita vivo yo, Maximino, me recogió del arroyo a donde llegue, una señora mayor, la tita Consoli , propietaria de un gato (Ramón) y dos perros, Kiko y sobre todo su Currito. La tita es soltera y mayor y no ha tenido hijos, por lo que adopto a Curro como su nieto, ella siempre dice que ya solo tenia edad para ser abuela y no para tener hijos.   

Cuenta a todos los que quieren escucharla una historia un poco rara , ella parece ser que no nació como todos los niños , que excepto yo, que soy un niño mágico, todos los demás suelen nacer pequeñitos, pero ella no. Creo que a su madre al nacer la tita la comadrona la dijo:¡¡¡¡¡ Milagro, milagro¡¡¡¡ que has tenido una niña mayor ,¡¡¡ una niña mayor ¡¡¡¡¡ ¡¡¡¡milagro ¡¡¡¡¡¡.Que alegría¡¡¡ por lo visto según me cuenta ella, la tita por lo menos tenia al nacer unos cuarenta años.... que lío ¡¡¡¡¡, vaya cuadro....mi tita no ha sido nunca niña, ella siempre fue vieja y con moño, creo. Su madre se quedo bizca del susto, los ojos se la dispararon en dos direcciones con lo cual tuvo que usar gafas toda su vida.... bueno, que me lio ... esta será una historia para otro día.

Llegue a casa de mi tía de noche, asustadísimo, acababa de salir de la cabeza de Charito y me resultaba un pelin complicado adaptarme al mundo real, pero como soy un chico muy espabilado no tarde en adaptarme a todo lo que me rodeaba. Consoli se alegro muchísimo de haberme encontrado, ya era muy mayor y sin quererlo se había encontrado un nietecito como caído del cielo, me llevo a su casita, en un claro del bosque, todo rodeado de árboles , agua, flores....precioso, de verdad.¡¡¡¡

Me salieron a recibir los dos perros, el gato, ¡¡¡¡ mas vago ¡¡¡¡, estaba durmiendo colgando de una teja encima del tejado... que tío.....¡¡¡¡.La casita de mi tía no era tampoco normal, como por lo visto nada en aquel lugar. Tenia un extraño olor, muy raro para una casa vieja en medio de un bosque. Olía como a chocolate o algo parecido, al pasar por la puerta para entrar en casa, con el estomago vacío como lo llevaba , y ante aquel olor tan tremendo solo tuve la genial idea de pegarle un lametón al picaporte de la puerta y me quede con los ojos echando chispas¡¡¡¡....la puerta y toda la casa eran de .....¿de que?.....de CHOCOLATE¡¡¡¡¡¡. Las ventanas de caramelo de fresa y las tejas  donde me encontré durmiendo a Ramón, de gominolas  rojas. Asi estaba el gato.... gordo a reventar e incapaz de soltarse de aquel rico tejado....parece ser que desde que le adopto la tita, esta ya habia tenido que reponer las tejas tres veces.

En fin que yo había aterrizado en el lugar ideal para vivir un niño buenísimo como yo, en aquella casita tan estupenda y sobre todo tan buena y con una madre que a la vez podría ser mi tía y por su edad, también mi abuela. Eso si, una abuela con moño, pero una abuela al fin y al cabo.

Entre en la casa y al pasar por la cocina, en un descuido de mi tia, me meti en un bolsillo dos baldosines y el grifo del fregadero, que pude comprobar eran los tres de turrón de almendra.

No es por nada el gato comparado conmigo no seria nada, mas temprano que tarde la tita tendría que reponer parte de la casa, ...las patas de las sillas, las puertas, todo....¡¡¡que hambre¡¡¡¡¡aquello estaba riquísimo.

Como podría yo imaginar cuando vivía en la cabeza de Charito que caeria en una casa comestible?.

Esto solo había empezado y yo estaba allí dispuesto a comérmelo todo......ah¡¡¡¡ y a seguir contando como me empezaron a salir mi primer par de alitas de pollo........

Pero esto ya lo dejo para otro cuento. Así me encontre a Ramón después de comerse tres tejas y la mitad de la puerta.....

Continuara.. 

 

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dedicado a Javi,el niño de Ana, el Maximino de Charito