Llevaba unos días muy rarita, si mucho, se que buscaba
algo.
Hasta que lo encontró.
Debajo del botón que perdió Martín estaba su llave.
La
llave que abría el baúl de sus recuerdos, muy viejos,
pero eran los suyos.
Como si hubiera encontrado un tesoro, Consoli giro la
llave y allí estaban ellos...., los recuerdos...., del
color del pergamino.
En lo mas profundo del cofre apareció lo que tanto
tiempo anduvo buscando, la vieja poesía... si si si,
aquella que tanto la costo aprender y que después de
pasado el tiempo aun recordaba., la que le enseñaron
en su colé de monjas.
Porque ya dije en otra historia que Consoli nació
mayor, pero aun así , su mama la llevo a la escuela,
con aquellas monjas a las que ella quería tanto ....
y aun así también temía
Consoli desdoblo el viejo papelito y no sin antes
caérsele alguna lagrimita y sonarse la naricilla con
la punta de su mandilito de cuadros,
comenzó a leer:
Con cien cañones por banda viento en popa a toda vela,
no surca el mar sino vuela un velero bergantín.
Y allí
estaba yo, en aquel bajel pirata que llaman
por su bravura El Temido, convertido otra vez en señor
de los mares , virrey del arroyo de Barrago,
acompañando a Ignacio, el gordito preferido de Charito
nada menos que como Marcos en busca de su ABU hasta la
preciosa ciudad argentina de Jáuregui.
Levamos anclas un frío día de invierno.
Nos precedía la nave del fiero don YEYE con su
aguerrido timonel al frente de su celebre tronco de
higuera don Lucca di Motto, al perro en esta
ocasión le habían dejado a buen recaudo en casa ya que
el viaje se prometía dificultoso.
Con nuestros trajecitos marineros, los gorritos de
papel y mis alitas de pollo de los domingos, almidonadas para
la ocasión, emprendimos el viaje.
Ignacio lloriqueaba, nunca había visto cosa igual, las
olas saltaban por encima del puente de mando ( no es
por nada pero los castellano manchegos somos de tierras
de secano y no sabemos de terminos marineros (
nota de Charito).....jejeje)y le daba miedito, se
acordaba de su mami y del nene que viene, pero como es
un niño mayor se metió el miedito en el bolsillo del
pantalón pirata, dio tres grititos al aire,
solto una lagrimita y cual intrépido capitán al mando
de su nave, en un arranque
de valentía soltó amarras, y aquel viejo cascaron
se hizo a la mar oceana.
Aun no hemos llegado a la Argentina, estamos en plena
mar nos acosan por doquier, que dirían en las pelis de
piratas...por babor y estribor.
Don Yeye que nos precede vocifera cual fiero navegante
y lanza sus cañones contra los malvados piratas que
intentan una y otra vez el abordaje a nuestras
desvencijadas navecillas, con el fin de arrebatarnos
los regalitos que Ignacio le compro a su abuela con
los ahorros de todo el verano.
Pero ahí estaba mi nave, la mejor, la mas brava
con solo enseñar sus humeantes cañones, los piratillas
han salido despavoridos, se han tirado al agua como
unos cobardicas, dejando
vacíos sus barquitos, y hoy aun nadan con destino
desconocido... por malos....jejeje
A nosotros se nos ha pasado el miedo, eso si, con tanto
lío los gorritos de papel se nos han hecho una sopa y
mis alitas están sin plumas pero navegamos sin
complicaciones por un mar en calma, admirando los bellísimos paisajes que
la costa Argentina nos va enseñando a nuestro paso.
No se si encontraremos a la Abu del niño pero esto es
precioso.
De todas formas yo creo que no la tenemos muy lejos.
MAXIMINO
para par
Para
para Ignacio, mi gordito preferido ,espero que este
cuento sea la mitad de bonito y bueno que eres tu. Y a
Pablo que ya esta con nosotros un besito
gordote. Os quiere un monton CHARITO
pon el sonido que tiene una música muy bonita . midi
"yo - ho"
Talavera de la Reina (Toledo)
España, noviembre 2005
gracias otra vez a M.Luz y Elena por estos dibujos tan
bonitos |