Esta mañana muy temprano sonó la seta (es mi teléfono movil) , era Sofia, mi vecina, la ilusión de Consoli, a ella la encantaría que fuera su nieta, dice que es una de las niñas mas monas que a visto en su ya larga vida.  Vive en la casita de la abuela Andrea y junto con Matías que es pequeño y un enreda pasa los veranos cerca de mi casa. Quiere ir de paseo a un cuento y yo que aun estoy dormido la he propuesto  irnos al cuento de Caperucita, con Matías, mi Curro y Oca su perro.

                 La abuelita nos ha preparado una cesta con la merienda y al niño como es pequeño y no anda le hemos preparado una cajita de zapatos con cuatro tapones de corcho  como ruedas y un cordel para tirar de la caja, dentro hemos metido a Matías que aunque al principio gruñía al final se ha encontrado su dedo gordo de la mano derecha, se lo hemos untado en azúcar, se lo ha empezado a chupar y se ha quedado dormido.

Yo me he puesto mis alitas de pollo, que ya son muy grandes tanto que son casi de pavo, y los he montado encima.El abuelito nos decía adiós con un pañuelo y ellos, desde mis alas se reían. Iban encantados, serian los primeros niños en entrar volando en un cuento y además en el de Caperucita Roja.

Hemos volado tres días y tres noches, menos mal que en la cesta llevábamos una buena merienda. Entramos en el bosque de noche y nos asustamos los tres, Matías se había despertado y lloraba, Sofia como todas las chicas estaba encantada con la novedad, el próximo curso podría contar lo que estaba viendo a las compis de su cole.

Caímos sobre un árbol, yo no calcule el aterrizaje y pegue de bruces contra el tronco,!!! que golpe ¡¡¡¡ las alas se me habían quedado dobladas... y una nube de plumas blancas revoloteo sobre nuestras cabezas, mis alitas !! que pena ¡¡ seria por la falta de costumbre, era la primera vez que me las ponía para atravesar un cuento y no supe calcular ...  que golpe, todavía me duele ....en fin.

A lo lejos se veían luces y una casita al fondo, tirando de la caja donde iba el niño, Sofia y yo llegamos hasta la misma puerta de la casa. Que alegría, hasta los perros ladraban, debían saber que quien nos abrió la puerta era Caperucita Roja, ya la habíamos visto demasiadas veces en los libros.

Que mona es Caperucita, con su vestidito rojo, no mas mona que Sofia desde luego,  que para la ocasión la abuela Andrea le había puesto un vestido de cuadros rojos y tres flores en el pelo.

Caperucita estaba asustada, esa noche tendría que cruzar el bosque. Su abuela estaba malita y debía llevarla la cena en una cestita que le había preparado su mama.Tenia miedo porque en el bosque vivía el lobo malo que en todos los cuentos se come a los niños.... continuara.... que son las tantas y me voy a dormir maximino